Mineria chilena: Opinión por Ramón Rada Jaman, presidente de la Comisión de Innovación del IIMCh y director de SUTMIN.
Con el 2025 en marcha y la necesidad imperante de mejorar nuestro desempeño, el sector minero enfrenta una serie de desafíos que requieren atención urgente para garantizar su crecimiento sostenible. La industria, altamente profesional y resiliente, se encuentra en una encrucijada donde la inversión, el desarrollo económico y la innovación juegan un papel clave.
Reactivación Económica de la minería chilena
A pesar de los avances tecnológicos y la capacidad del sector para optimizar recursos, la reactivación económica es una prioridad urgente. Es fundamental revertir la tendencia decreciente en la producción y lograr un crecimiento sostenible. La concreción del catastro de proyectos mineros, con una cartera de inversión superior a los US$83.000 millones, resulta crucial para impulsar el sector. Sin embargo, proyectos como Dominga en La Higuera siguen estancados por decisiones políticas controvertidas, lo que frena el desarrollo y la inversión.
Transparencia
La transparencia en la gestión financiera también es un aspecto crítico. Mientras el Ministerio de Hacienda y Codelco emiten bonos de deuda por aproximadamente US$4.900 millones, la falta de claridad en la destinación de estos fondos genera dudas. Este monto podría haberse utilizado para recuperar la capacidad de fundición perdida con el cierre de «Fundición Ventanas» y «Hernán Videla Lira». Es esencial establecer mecanismos claros de transparencia para garantizar que las decisiones financieras beneficien a las futuras generaciones.
Coherencia en la Regulación Ambiental
La coherencia regulatoria es otro gran desafío. La burocracia ambiental y los extensos procesos de autorización están retrasando proyectos clave, que podrían generar empleo y desarrollo sostenible. Casos como el rechazo del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) a proyectos en Penco Biobío y Mataquito Maule, debido a la presencia de especies en la zona, reflejan la falta de un enfoque equilibrado entre la conservación y el desarrollo.
Es crucial reemplazar los excesivos requisitos burocráticos por medidas más ágiles y adaptadas a las necesidades del territorio y sus comunidades, para asegurar el crecimiento de la industria.
Responsabilidad en la Distribución de Recursos
La correcta distribución de los recursos del royalty minero también es una preocupación. A pesar de los esfuerzos por lograr una redistribución justa, hasta ahora solo se ha transparentado un 18,7% del «fondo puente» destinado a las comunas beneficiadas. La preocupación aumenta al saber que una gran parte de estos fondos se ha destinado a transferencias directas, mientras que solo un pequeño porcentaje se ha dirigido a inversiones productivas. La rendición de cuentas efectiva es clave para asegurar un uso adecuado de estos recursos.
Seguridad
Por último, la seguridad en la minería es una prioridad ineludible. La salud ocupacional, la prevención de riesgos y la protección física en faenas deben reforzarse para enfrentar amenazas externas como la delincuencia y el narcotráfico. Además, la garantía de un entorno operativo seguro es fundamental para el desarrollo de la actividad minera. Es imperativo contar con condiciones seguras para el transporte, el control de accesos y la protección del personal.
En síntesis, el crecimiento, la transparencia, la coherencia, la responsabilidad y la seguridad son pilares fundamentales para que la minería chilena retome su rumbo en 2025. Con un marco legislativo claro y estable, la industria podrá consolidarse como un motor económico clave, reafirmando a Chile como un destino atractivo para la inversión minera.
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